Verano Azul (en Ronda, que no en Nerja)

Segundo día. Ya tenemos deberes...puf, he sudado bastante cuando han pedido voluntarios para exponer sus proyectos y analizarlos. ¿Sabéis esa sensación de quiero y no puedo?Pues llevo todo el día con esa sensación (y con muchas más, porque estoy en esos días como diría nuestra directora más internaional, Isabel Coixet, en los que me gusta ser mujer) y es que no hay cosa más horrible que querer salir para empezar a desarrollar tu proyecto y no sentirte capaz de hacer un buen speeching.

Pero no creáis que me quedo callada. Ya sé que me conocéis y no os defraudo. No callo. Pero no es lo mismo hacer un comentario cuando se te ocurre o cuando preguntan, que exponer una sinopsis y que todo el mundo entienda tu peli (creedme, no es fácil). Pero lo haré. De hecho esta noche ya voy a martirizar a mis 5 compis de piso ensayando con ellos...

Pero no quería hablar de esto en este post (bueno sí, pero a que queda más interesante decir esto?), sino de mi experiencia como protagonista de mi propio Verano Amarillo (porque con este sol y sin playa no sé dónde está el Azul) con mi super Mega bici. Os tengo que avisar que aquí ya estamos bautizando a todo como Mega (osea, sabes?). Me encanta!

Pues bien, la Mega bici ha resultado ser menos Mega de lo esperado. De hecho se sale la cadena cada vez que cambio de marchas (que con todas las cuestitas que hay por aqui es siempre) pero me da igual. Lo único malo es que tengo que renunciar a venir a clase en bici (renunciar?pero si ni se me había pasado por la cabeza lo de venir en bici, estamos locos?), pero lo compenso dándome una vuelta por los alrededores (sin cambiar de marcha, claro está).

Así que ya os podéis imaginar mi atlética figura cuando vuelva a Madrid después de dar unas vueltecitas por el barrio pero venir todos los días al master en coche, como la señora que soy.